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Huella verde en Turismo Sustentable

Desde hace ya algunos años, el planeta nos recuerda casi a diario que está cambiando. En realidad, nos recuerda que nosotros los humanos lo seguimos haciendo cambiar. Lo vemos todos los días con el clima en nuestro entorno, también lo vemos en las noticias con la subida de precios en alimentos o con los desastres naturales en otros puntos del planeta: inundaciones, sequías, olas de calor, etc. El último recordatorio (de cuándo se escribió esta nota) sucedió este Julio del 2017. Los medios de comunicación más importantes del mundo cubrieron el evento: se desprendió el glaciar más grande del que se tenga registro del círculo polar antártico. De hecho, la NASA ya seguía la formación de la grieta desde el año 2006. Se estima que el enorme trozo de hielo tiene una superficie similar a la de la Ciudad de México. Los expertos han llamado la atención en el hecho de que el desprendimiento ha sucedido más rápido de lo esperado. Dicho desprendimiento puede tener muchas causas, pero sin duda el calentamiento global ha tenido una participación importante en el hecho. Como se mencionó al inicio, éste solo es un evento más de los varios que seguirán ocurriendo y, por lo tanto, cambiando el mundo que hasta ahora conocemos. Es necesario adaptarnos a estos nuevos cambios, pero es imperativo tomar acción global para que estos cambios sean lo menos drásticos posibles por el bien de toda la humanidad.

Es altamente probable que todos nosotros ya hagamos cosas, incluso sin darnos cuenta, en favor de la sustentabilidad. Por ejemplo, usamos focos ahorradores, separamos nuestra basura, elegimos comprar a empresas socialmente responsables y tenemos cada vez más conciencia sobre la importancia de nuestras pequeñas acciones en los ecosistemas del planeta. Sin embargo, también es cierto que durante toda nuestra vida seguiremos aprendiendo cómo ser cada vez más “ecológicamente inteligentes”, es decir, adquiriremos todo el tiempo información y hábitos cuyo efecto final sea la reducción de nuestra huella de carbono transformándola en una huella verde. La huella verde es el índice que mide nuestro impacto positivo sobre un ecosistema. Así, cada vez hacemos todo tipo de actividades de una manera más amigable con el ambiente, esto vale para nuestra casa, trabajo, negocios, investigación científica, proyectos gubernamentales y por supuesto turismo.

Actualmente el turismo es la segunda actividad más importante en México y por ello merece nuestra atención. Cada vez más y más personas llegan como viajeros a lugares remotos. Se calcula que en la última década unos 700 millones de turistas han llegado a lugares antes apartados, con el impacto ambiental que ello supone. La propuesta entonces es buscar opciones de turismo sustentable, un tipo de turismo que no promueva el desgaste irreparable de los ecosistemas, sino que deje o promueva una huella verde. Será más fácil entenderlo con ejemplos: En las playas del estado de Oaxaca, cada año se puede apoyar con la liberación de las tortugas recién nacidas y que están en la lista de especies amenazadas, definitivamente el visitante está dejando huella verde y por supuesto también aporta en otros aspectos. En realidad, aún son pocas las opciones de turismo donde el impacto positivo a la naturaleza es así de evidente. No obstante, encontramos más posibilidades donde indirectamente dejamos huella verde; es el caso de los parques de conservación, que destinan una parte importante de sus ingresos y recursos humanos a programas de preservación y educación.

Cuidar que nuestra huella sea verde o positiva es importante, pero no es lo único que se debe tener en cuenta. El cuidado del medio ambiente es sólo una tercera parte del éxito, la otra parte corresponde a cuidar y promover el desarrollo social a partir del turismo y una última parte igualmente importante corresponde al desarrollo económico. El turismo, al igual que cualquier actividad que se considere sustentable, deberá estar basada en estos 3 pilares (económico, ecológico y social). El ejemplo para este caso lo tenemos en Chiapas, donde las comunidades de la selva Lacandona se han acercado mucho a este tipo de turismo. La cosmovisión de estas personas incluye un trato respetuoso con la naturaleza, desde este punto de partida decidieron hace poco más de una década impulsar por sí mismos campamentos para los visitantes, siempre dispuestos a aprender de los turistas y a compartir sus conocimientos y tradiciones. Es cierto que todavía quedan huecos en la legislación para que este tipo de turismo sea más factible, pero definitivamente se está trabajando en ello también desde los espacios legislativos.

Ahora bien, sabemos que toda actividad causa un daño o impacto negativo al ecosistema, eso es inevitable. Aunque también es cierto que el ecosistema tiene la capacidad de regenerarse; la clave está en no sobrepasar esa capacidad. Viajemos mentalmente a San Luis Potosí para ejemplificar este punto. Allí, en medio de la huasteca potosina, está el llamado Sótano de las Golondrinas, una atracción ecoturística donde se puede apreciar la salida y entrada de enormes parvadas de vencejos en las primeras y últimas horas de luz del día. Alrededor de 1990, se empezó a hacer popular este destino turístico, de una manera cuidadosa con el ambiente. A pesar de ello, los estudios ornitológicos realizados muestran que la población de vencejos se ha visto disminuida. En este caso parece que la sola presencia humana tiene ya un efecto sobre la biodiversidad y a decir verdad no se tiene la explicación exacta del porqué. En otros casos es muy evidente cómo la presencia humana afecta a la biodiversidad, utilizamos agua, comida, suelo, etc. del lugar que visitamos, además de que inevitablemente lo contaminamos con ruido, luz, y basura.

Como verás hay muchas cosas a tener en cuenta para lograr un turismo sustentable, y todos vamos aprendiendo de las experiencias exitosas alrededor del mundo. Una buena noticia es que todos podemos contribuir al desarrollo de este tipo de turismo. Principalmente contribuimos cuando lo buscamos y consumimos. Así que existen algunas recomendaciones básicas para procurar nuestra huella verde como turistas, entre ellas están:

• Elegir alternativas de impacto bajo. El ecoturismo es ideal.
• Proteger la flora y fauna silvestre. No compres productos elaborados con seres vivos en peligro.
• Utiliza transporte terrestre. Viajar por tierra emite menos CO2.
• Reduce tu consumo de electricidad, agua, plásticos, etc.
• Consume productos locales. Esto contribuye al desarrollo social y económico.
• Respeta y se empático con la cultura, historia y valores.

Platica con tus conocidos esta información, pues lo más importante en temas de sustentabilidad es que todos nos involucremos. De esta manera será más fácil para todos cumplir con nuestra meta en común que es acercarnos lo más posible a un nuevo tipo de desarrollo, el desarrollo sustentable.

Ahora sí, ¡a viajar y conocer!

Dr. Abdiel Degollado

Catedrático del Instituto Suizo

Licenciado en Biología, con estudios de especialidad en Ciencias Biológicas y Doctorado en Ciencias Químicas. Ha impartido cátedra en diferentes instituciones de educación superior de la ciudad de Puebla en áreas de la Salud, Genética y Bioética, tanto a nivel maestría como licenciatura. Coautor del tratado “Theoretical study of the structure, IR and NMR of the bis-peroxo-oxovanadate species containing-histidine peptides” publicado por el diario especializado “Inorganica Chimica Acta”. Ha sido asesor de diversas empresas e instituciones públicas y privadas como Africam Safari, donde realizó actividades relacionadas con la educación y la conservación. Se incorpora como catedrático del Instituto Suizo en marzo de 2015 impartiendo asignaturas en licenciaturas como Gastronomía, Nutrición y Tecnología de los Alimentos, Administración de Hoteles y Restaurantes, en la Maestría en Gastronomía Mexicana y Gastronomía Saludable y Nutricional.

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